Esta es una de las grandes preguntas que algunos confirman y otros niegan ¿Es cierto que el alcohol produce depresión? Muchos que están leyendo esto dirán “pues claro que produce depresión… ¡vaya pregunta!”. Lo cierto es que durante muchos años se consideraba que el alcohol era precisamente un remedio para la depresión. Si se estaba decaído, triste o depresivo, lo mejor era tomarse una copa o salir de fiesta para emborracharse. Por lo tanto, se pensaba que el alcohol era de alguna forma un “remedio” para la depresión.
Hoy en día la cosa no ha cambiado tanto como la gente puede pensar. De hecho, mucha gente sigue usando el alcohol como una forma de animarse. Para las personas que tienen realmente depresiones diagnosticadas como enfermedad, el alcohol es un arma de doble filo. Muchas personas con depresión crónica recurren al alcohol para “aliviar” los síntomas, y esto es una realidad. El problema es la depresión post alcohol
Hay que recordar que uno de los motivos por los que la gente bebe alcohol hasta perder la consciencia, es para cambiar su estado emocional. ¿Por qué crees que el alcohol produce cambios de personalidad a tantas personas? Como en cualquier droga, los efectos son cambios químicos en nuestro cuerpo, y hay consecuencias.
El alcohol como forma de compensación


El 99 % de las personas empiezan a beber alcohol por curiosidad y para divertirse. Es algo que ven en todas partes y muy pocas pueden resistir usar esta droga en algún momento de su adolescencia. También es cierto que la imagen que se sigue dando del alcohol es que es algo inofensivo.
Es ya un tópico establecido que la gente se tome “una copa después de un duro día de trabajo”. La creencia es que no hay nada más relajante que beber alcohol en alguna de sus formas para quitar el estrés laboral. Es cierto que en el momento produce un efecto de alivio, pero el daño que hay detrás se produce igualmente. Solo se notan estos daños cuando se abusa del alcohol y el cuerpo no puede aguantar más toxinas.
Los que beben más de la cuenta saben que al día siguiente están muy lejos de estar relajados o tranquilos. La resaca que ha provocado el alcohol no les ha permitido dormir correctamente. Esto provoca un mayor cansancio para afrontar el día, y eso provoca ansiedad e irritación. Todo esto lleva a un estado que puede desembocar en depresión. Lo peor es que al día siguiente se repite la operación al salir del trabajo o cualquier actividad que sea estresante.
Por tanto, para evitar esa sensación depresiva por haber tenido un día duro, el alcohol parece un buen remedio. Es rápido y efectivo para sentirse bien en el momento. Este es el diabólico encanto de cualquier droga.
La dependencia que produce finalmente depresión


El uso del alcohol pasado cierto tiempo se usa más como una medicina que otra cosa. Mucha gente lo usa de la misma manera que podría hacerlo con un medicamento en forma de pastillas. Al final todo son drogas, que en este caso son legales y se pueden conseguir fácilmente. El problema es que en el caso del alcohol no producen ningún beneficio para la salud, aparte de ese engañoso alivio del estrés.
El uso continuado del alcohol lleva a poner en riesgo muchos de los órganos de nuestro cuerpo. Esto incluye nuestro cerebro y por tanto nuestra salud mental. Finalmente el alcohol es el que nos provocará eso que se quería evitar al principio. No solo no aliviará el estrés y la ansiedad, sino que nos pondrá en una situación al borde de la depresión.
Hasta ahora he estado hablando de personas que no tienen depresiones clínicas. Es decir, personas corrientes que no tendrían que tener depresiones o cualquier problema psicológico. Cuando la persona tiene depresión por otros motivos, ya sean clínicos o por el entorno, el alcohol será más desastroso todavía.
Por desgracia, las personas con depresión son una de las grandes víctimas del alcoholismo. La depresión lleva un tratamiento con diferentes pastillas y por supuesto nada de alcohol. Sin embargo, un gran número de personas con tratamiento por depresión beben alcohol. Esto provoca daños inimaginables a medio y largo plazo. Ya no solo son mentales, sino físicos por mezclar alcohol con pastillas contra la depresión.
¿Es verdad que el alcohol produce depresión?


La respuesta es si, y lo hace de forma engañosa porque al principio parece un aliado. Engaña al individuo ya que parece alejar esa depresión o al menos los motivos por los que se provocó en primer lugar. Sin embargo, al pasar el efecto del alcohol los síntomas se multiplican y obliga a seguir bebiendo. Es la estrategia perfecta para crear alcohólicos.
El comportamiento de un alcohólico siempre acabará siendo depresivo en algún momento. Es como afecta la esta droga que tenemos en bares, supermercados y tiendas. No caigas en la trampa de una sustancia que puede provocar una enfermedad mental grave.