Has dejado de beber alcohol y has decidido que no vas a beber durante un mes, 6 meses o incluso un año. Puede que estés tan cansado del alcohol que quieras dejarlo para siempre (qué es lo ideal). Sin embargo, si no tienes la determinación suficiente puede ocurrir lo que pasa muchas veces. Se acaba fallando debido a todas las tentaciones que se nos ponen enfrente todos los días. Evitar beber alcohol es una cosa, pero saber evitar las tentaciones es otra.
Como he dicho varias veces en este blog, la mejor arma para dejar de beber es concienciarse de que el alcohol es un veneno lento. Hay que olvidar toda la propaganda que nos han metido desde siempre mostrando el alcohol como algo glamuroso y bueno. Las tentaciones van a estar siempre ahí y es porque vivimos en una sociedad que ha abrazado el alcohol como un producto casi necesario. La mayoría no piensa en ello como una droga.
Sin embargo, una persona que lleva años bebiendo en exceso y ha sufrido las consecuencias, sabe perfectamente la naturaleza del veneno. Sabe que es una potente droga que puede traernos problemas de todo tipo. Lo peor es que muchas veces se sigue consumiendo alcohol a pesar de los trastornos que causa. Deja a sus víctimas impotentes a sus efectos y metidas en un círculo de destrucción.
Por suerte, ahora hay mucha información para dar una patada definitiva al alcohol, y esa es mi misión. ¿Cómo evitar beber alcohol en ciertas situaciones “complejas”? ¿Cómo resistir esa tentación por beber una copa? Te doy algunos sencillos consejos, aunque algunas debes aplicarlos con moderación. No se trata de quitarte de una cosa para engancharte con otra.
Indice de Contenidos
1 – Date un capricho con los dulces


Uno de los problemas que se sufren cuando se deja de beber alcohol es la falta de azúcar. Por si no lo sabías, todas las bebidas alcohólicas que se toman (incluyendo la cerveza) tienen mucho azúcar. Esto hace que aparte de la adicción que produce el etanol (el alcohol real venenoso que se ingiere), también haya una ansiedad por consumir azúcar.
El azúcar que nos proporcionaba el alcohol ya no es ingerido, por lo que nuestro cuerpo se queja. Necesita ese azúcar que ya no tiene y esto hace que la ansiedad sea peor. Mucha gente vuelve a beber alcohol precisamente por los efectos de abstinencia del azúcar. ¿Qué hacer ante esta situación? Como habrás imaginado, la solución es tomar algo dulce que supla ese azúcar faltante.
En mi caso elegí aumentar la cantidad de chocolate que normalmente comía. Mi ración de chocolate habitual era un par de chocolatinas el domingo. Era un “capricho” que me daba después de comer. Al dejar de beber alcohol estuve un tiempo “permitiéndome” comer chocolate todos los días después de comer. Era una forma de estabilizar ese azúcar que me pedía el cuerpo, aunque lo hacía sin excederme.
Por supuesto, según pasaba el tiempo fui reduciendo la cantidad hasta dejarlo solo para los domingos. Sin embargo, tengo que reconocer que de vez en cuando me permito algo dulce entre semana. Recuerda que hay que comer sano y hacer ejercicio, pero eso no significa que no te puedas permitir caprichos de vez en cuando. En mi caso fue chocolate, pero puedes elegir caramelos, helados, etc.
2 – Haz pausas cuando la tentación sea grande


Si hay ciertos momentos del día en que no puedes aguantar más sin beber, haz una pausa de todo. Para lo que estés haciendo y toma un descanso de uno o más minutos para pensar porque estás dejando de beber. Esa convicción que tenemos dentro para evitar beber alcohol suele ser lo único que necesitamos.
Algunas veces esa sensación de tener que beber puede durar segundos o minutos, pero date tiempo para aguantarlo. Se suele pasar rápido y no es más que un “pico de ansiedad” que nos entra y que se va tal como vino. Aprende a no agobiarte con las cosas y menos sabiendo que lo estás haciendo para dejar una sustancia altamente tóxica que mata millones de personas todos los años.
Si estás en un momento donde crees que vas a caer en la tentación de beber, llama a alguien. Puede ser un amigo, familiar o simplemente un conocido. Habla con esta persona e inicia una conversación de lo que sea. No hace falta que le digas nada de tu ataque de ansiedad por beber alcohol. Solo ten una conversación amigable y verás que al acabar todo lo verás de otra manera y mejor.
3 – Come o bebe algo para aliviar la ansiedad


Cuando quieres evitar beber alcohol y surge la tentación, tomarse un refresco. Un café, te o cualquier cosa que no contenga alcohol puede ayudar. Comer algo también hace que el ansia se alivie. En este caso aconsejo beber cosas que no engorden o que no sean saludables. De la misma manera que he comentado con el ejemplo del chocolate, se trata de aliviar la ansiedad pero de forma controlada.
4 – Piensa en lo que has conseguido hasta el momento


Tienes que pensar en el día a día y como en nada de tiempo tendrás semanas y meses detrás sin haber probado el alcohol. Cada día es una victoria y lo debes considerar como una batalla ganada. Cuando te entre una tentación de beber alcohol, recuerda lo que llevas conseguido y como todo solo puede ir a mejor. No necesitas a nadie que te lo diga porque lo estás viendo tu mismo.
No te voy a engañar diciendo que dejar de beber alcohol es la fórmula de la felicidad. Se siguen teniendo problemas en la vida y hay días mejores y peores. Sin embargo, te darás cuenta que sin alcohol podrás enfrentarte a cualquier situación de forma más efectiva. De hecho, los problemas que surjan en la vida no afectarán tanto y se podrán solucionar más fácilmente. Recuerda que la mayoría de la gente bebe por sus efectos sedantes que “ayudan” a paliar el dolor, ansiedad y estrés.
Conclusión
Hay muchas más cosas que se pueden hacer, y seguro que descubrirás por ti mismo las mejores estrategias para evitar beber alcohol. Habrá momentos peores y otros mejores, pero todos se pueden superar. Estás en una guerra que ya tienes ganada en el momento que tomas la decisión de dejar el veneno llamado alcohol.
Recuerda mucha gente lo consigue después de varios intentos, por lo que no te frustres por tener alguna recaída. Son solo pequeñas batallas que se pierden por el camino, pero no afectan a la guerra principal que es dejar el alcohol para siempre.